Luna de miel en Marbella
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Luna de miel en Marbella

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No había una cláusula que contemplara las consecuencias de la noche de bodas… Cuando aceptó ayudar a una amiga, Estelle Connolly no esperaba terminar como acompañante en una boda de la alta sociedad, y menos aún llamando la atención del hombre más poderoso de la recepción. La poco experimentada Estelle tuvo que hacer un enorme esfuerzo para mantener aquella fachada de sofisticación, sobre todo cuando Raúl Sánchez le hizo una oferta escandalosa: le ofrecía una cantidad de dinero que podría aliviar los problemas de su familia a cambio de convertirse durante unos meses… en la señora Sánchez.
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Luna de miel en Marbella
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ES
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9788410620865
product-details.publication-date-label:
24 de abril de 2019
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4 h 21 min
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Carol nació en Inglaterra. Sus padres eran escoceses, lo que supuso que pasaran largas y felices vacaciones de verano en Escocia con sus dos hermanas. Lo único que supo nada más hacer un curso de secretariado es que tenía claro que nunca trabajaría en una oficina. Fue entonces cuando decidió estudiar enfermería. Seis semanas antes de que volvieran, Carol conoció a su futuro marido. Esto es una prueba, dice ella, de que los idilios arrolladores funcionan en vacaciones. Esto fue un noviazgo sumamente caro. Largas cartas, largas llamadas telefónicas, y vuelos aéreos aun más largos, hasta que finalmente se casaron y se asentaron en Melbourne, Australia. En su primer embarazo, resurgió su deseo por escribir novela romántica y muchas noches las pasaba delante del ordenador, pero era bastante más duro de lo que le pareció en un principio y no pudo acabar su novela. En su segundo embarazo, le sobrevino un argumento brillante. Se armó de valor y envió su historia. Por supuesto que fue rechazada porque verdaderamente estaba horriblemente escrita, pero una carta alentadora indicaba dónde estaban los errores (era una carta larga) que mantuvo el escrito vivo. Seis meses después del nacimiento de su tercer hijo, la muerte súbita de su padre, y sus dolorosas secuelas, la obligaron a revaluar los objetivos en la vida. Su padre nunca había desperdiciado ni un momento, y comprendió que la vida era un regalo muy preciado. Bajó el primer manuscrito, lo desempolvó y lo volvió a escribir y finalmente, después de mucho tiempo, fue aceptado.